HISTORIA DE LA MUSICOTERAPIA
Actualizado: 22 abr
La música ha sido una constante en todas las culturas y ha sido empleada con fines diversos a lo largo de la historia de la humanidad. Desde la etapa primitiva, donde estaba presente en las danzas, funerales, ritos, bodas y nacimientos, hasta el uso que los egipcios le daban con fines médicos en hospitales. Uno de los médicos más conocidos de la época, Herófilo, regulaba la pulsación arterial en consonancia con las escales musicales, mientras que en Grecia se empleaba la música por sus efectos positivos en la educación de la personalidad. Platón y Aristóteles fueron los precursores de la musicoterapia.
En Roma se utilizaba la música para curar diferentes patologías, especialmente enfermedades mentales o problemas de insomnio, mientras que en el renacimiento tenía como objetivo educar y aliviar el dolor del enfermo. Ya en el Barroco se buscaba dar una explicación científica a todos los fenómenos naturales y se consideraba que el propósito principal de la música era despertar las emociones y las pasiones.
A lo largo del siglo XX, la musicoterapia se ha desarrollado como un método terapéutico en algunas instituciones sanitarias y se ha demostrado científicamente su efectividad en diferentes áreas. En el ámbito sanitario, se utiliza en intervenciones quirúrgicas para el estímulo musical sobre el cuerpo, como tratamiento para el dolor, para el embarazo y parto para establecer vínculo afectivo con la madre, para rehabilitación y en cuidados paliativos. También se emplea en el ámbito del desarrollo y bienestar personal, en niños y adultos, para mejorar la capacidad cognitiva, la concentración y la memoria, fomentando la imaginación, creatividad, agilidad mental y formación de conceptos. A nivel motor, colabora con la coordinación y expresión corporal, fomentando la liberación de energía reprimida. Además, mejora la autoestima y el manejo de las emociones.
En el caso de los mayores, la musicoterapia se utiliza como terapia ocupacional para prevenir trastornos músculo esqueléticos a través de la danza y se trabaja la psicomotricidad. A nivel interacción, se fomenta la sensación de sentirse útiles y conservar la estabilidad emocional ante hechos como la pérdida de personas cercanas o las consecuencias del envejecimiento. A nivel cognitivo, ayuda a proteger las funciones cerebrales de posibles deterioros.
La musicoterapia también se emplea en intervención social, educación especial y ocio, con beneficios evidentes en cada uno de estos ámbitos. En definitiva, la musicoterapia es una herramienta terapéutica que ha demostrado su efectividad en numerosas áreas y que sigue evolucionando y desarrollándose para brindar soluciones innovadoras en el cuidado de la salud y el bienestar emocional.
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Texto DDF
