Mi nombre es Ariadna, y desde que era muy pequeña, la música ha sido una compañera constante en mi vida.

Con tan solo 5 años, ya tocaba el teclado con una pasión desbordante, y sentía una conexión especial con el tambor y la percusión.

Mi madre solía poner música clásica, creando momentos de unión especial entre nosotras cuando estaba embarazada de mí.

En casa, siempre se escuchaba mucha música; el tocadiscos, hoy ya vintage, nos hacía vivir buenos momentos.

Mi padre estudiaba guitarra y tocaba la bandurria; hoy, la música sigue siendo un nexo de unión con él.

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La música fue siempre el hilo conductor de mi vida, un lenguaje que comprendía profundamente, y que, con el tiempo, me llevó a estudiar en el conservatorio y a seguir formándome como músico. Sin embargo, a medida que crecí, también fui descubriendo el poder transformador de la música más allá de la técnica,

conectándola con mi proceso personal de sanación y crecimiento interior.

A lo largo de mi vida, enfrenté experiencias de abuso sexual y violencia física en una edad temprana, lo que dejó huellas profundas.

 Sin embargo, fue a través de la música que encontré el camino hacia la sanación.

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En las tradiciones chamánicas y otras culturas, se habla de la "recuperación del alma", un proceso donde buscamos reintegrar las partes fragmentadas de nuestro ser. La música, el sonido y la meditación fueron fundamentales en mi proceso, ayudándome a sanar, liberar emociones atrapadas y reconectar con mi esencia más profunda.

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A los 18 años, inicié un profundo camino de aceptación personal, permitiéndome vivir en coherencia con mi esencia y abrazar quién soy realmente. Este proceso, aunque desafiante, me ayudó a comprender la importancia de la autenticidad y del equilibrio interno, sentando las bases para mi propia sanación. Desde esta experiencia, siento una conexión especial con quienes atraviesan procesos similares, y colaboro con asociaciones LGTBIQ+ para apoyar a quienes buscan autodescubrimiento,

aceptación y armonía en sus vidas.

 

Hoy, mi misión es compartir el poder sanador de la música con los demás, especialmente con aquellos que han vivido situaciones de trauma. Llevo 17 años realizando esta labor con el proyecto Sonidos del Universo (SDU), ofreciendo formaciones, sesiones y retiros enfocados en la MT y ST, que brindan un espacio seguro y transformador para que las personas puedan

conectar con su ser interior, sanar y liberar lo que ya no les sirve.

La música es mi puente hacia la paz, el equilibrio y la transformación, y quiero acompañarte en tu propio proceso de sanación.

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"El camino hacia la paz comienza en el interior. Cuando sanamos nuestro ser, sanamos el mundo que nos rodea"